000 03392cam a2200385 i 4500
001 35269
003 CO-SiCUC
005 20230504171038.0
008 141112s20102018ck fr 001 0 spa d
020 _a9789564072463
035 _a(CO-SiCUC) 35269
040 _aCO-SiCUC
_bspa
_cCO-SiCUC
_erda
041 1 _aspa
_hita
043 _as-ck---
082 0 4 _a345.02
_bC289t 2022
_223
100 1 _aCarnelutti, Francesco
_4aut
_eautor
_d1879-1965
_949797
245 1 0 _aTeoría general del delito /
_cFrancesco Carnelutti ; edición al cuidado de Carlos Antonio Agurto Gonzáles, Sonia Lidia Quequejana Mamani y Benigno Choque Cuenca ; traducción de Wenceslao Roces Suárez
250 _aPrimera edición.
264 1 _aSantiago :
_bEdiciones Olejnik,
_cc2022.
300 _a214 páginas ;
_c23 cm
336 _2rdacontent
_atexto
_btxt
337 _2rdamedia
_asin mediación
_bn
338 _2rdacarrier
_avolumen
_bnc
490 0 _aBiblioteca de Derecho Penal y Procesal Penal
520 3 _aEn toda sociedad, grande o pequeña, acaecen hechos contrarios al bien común: homicidio, hurto, traición. Provisionalmente, podríamos dar a estos hechos el nombre de delitos. Su misma naturaleza, fundada en la oposición al bien común, demuestra que la sociedad, si quiere vivir, tiene que reaccionar contra ellos. Y, a propósito, se desarrolla, en cierta medida, una verdadera lucha, como ocurre con las enfermedades. La más antigua de las armas empleadas por el hombre en esta lucha es la pena. Pero ¿no tenemos otras que sirvan para el mismo fin? La res-puesta afirmativa debe ser considerada ya como una conquista indestructible de la ciencia; más bien de la civilización. Entre dichas armas se habla actualmente de las medidas de seguridad. Su utilidad, y por ello, su legitimidad, no pueden ser discutidas. Pero el campo de batalla es más vasto, o mejor, ilimitado; el maestro, el sacerdote, el médico, el abogado combaten al lado del juez y sus auxiliares. Marca, sin duda, un progreso en esta lucha su extensión desde la pena a los medios extrapenales. Que esta extensión pueda transformarse poco a poco en una sustitución, es un punto sobre el cual es preciso no confundir la realidad con los ideales. Si un nuevo Pasteur inventase una vacuna milagrosa contra el crimen, es seguro que desde ese momento policía, prisiones y cadenas quedarían relegadas a los museos, y el Derecho penal quedaría reducido a un capítulo de la historia jurídica. No ideamos esta hipótesis por burla ni con ironía; al contrario, lo mismo que no osaríamos excluir un milagro de la ciencia, ni siquiera en esta materia, nos sonríe y sostiene la fe en un lento, pero seguro progreso de las fuerzas morales, que constituyen la más eficaz defensa contra el delito. Más por hoy y por un largo mañana, creemos que debe admitirse todavía está verdad, quizás un poco triste: que la lucha contra tales formas de daño a la sociedad no se puede realizar sin la pena.
_cEl texto.
590 _aDerecho
650 0 4 _aCulpa jurídica.
_917676
650 0 4 _aDelitos.
_938824
650 0 4 _aDelitos
_vTeoría.
_917678
700 1 _aRoces Suárez, Wenceslao.
_4tr
_etraductor
_949798
700 1 _aAgurto Gonzáles, Carlos Antonio.
_4ed
_eeditor
_949799
700 1 _aQuequejana Mamani, Sonia Lidia.
_4ed
_eeditor
_949800
700 1 _aChoque Cuenca, Benigno.
_4ed
_eeditor
_949801
942 _2ddc
_cBK
999 _c35269
_d35269